arte, arquitectura, algo para comer y ese noseque

lunes, septiembre 11, 2006

Huevos de Pascua



Esta claro que en reposteria podria haber encontrado muchísimos postres donde el chocolate es un elemento especial, o incluso guisos de lugares cerca de fábricas de chocolate, como Aragón, donde podemos degustar el conejo al chocolate o caracoles al chocolate. Pero en este caso me ha cautivado más la historia sobre el rito de los huevos de pascua, quizás sea cosa de mi debilidad por las historias paganas.

El rito de los huevos de pascua se inicia con
el ‘fuego de la alegría’, que los pueblos nórdicos encendían la noche de resurrección de Pascua para saludar el despertar de la primavera. Por orden eclesiástica, estos fuegos debían encenderse sólo en las entradas de las iglesias.

Los pueblos germánicos, establecidos en las costas del mar del Norte, rendían culto a una antigua divinidad llamada Ostara, que simbolizaba la creación de la primavera. Los germanos la representaban bajo la forma de una liebre o de un conejo. La fecundación y fertilidad de la naturaleza. Los misioneros recuperaron esta fiesta y la transformaron en un ritual sacro. Pero sobrevivió el nombre, pues en estas latitudes de Ostara derivaron las palabras alemana ‘Ostern’ y la inglesa ‘Easter’, que es español significan pascuas. La religión tampoco pudo con el fondo pagano del conejo de Pascua, cuyos huevos, según los antiguos, representan el símbolo de la vida. Se pintaban de colores para saludar el retorno de los hermosos días y se consumían en fiestas pantagruélicas. El hacerlo anunciaba días de abundancia. Pero la Iglesia puso también término a esa expresión pagana de la abundancia, y en el siglo IV asignó para estos días la abstinencia de cuaresma. Los fieles no debían consumir huevos durante los 46 días precedentes al día de Pascua. Resultaba imposible hacer razonar a las gallinas para que durante esos días dejaran de poner huevos. Para no perderlos, los creyentes los cocían y luego los ofrecían para ser comidos inmediatamente después de la abstinencia. En el siglo XII la Iglesia no tuvo más remedio que aceptar esa costumbre y accedió a bendecirlos antes de que sean consumidos.

Los primeros ritos con reminiscencia pagana eran momentos de fiesta y alegría. En algunas regiones alpinas, existía la costumbre del lanzamiento de huevos sin cocer en un lienzo blanco sostenido por dos personas. En otras partes se organizaban carreras, donde los participantes corrían llevando un huevo en la boca sostenido por una cuchara. La costumbre de los huevos de chocolate fue introducida en Suiza desde Francia. Los franceses comenzaron a rellenar de chocolate los huevos en el siglo XVIII, utilizándolos no sólo como regalos de pascua, sino también como moneda de pago.